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[ 007 ] - Jesus Antonio Montes

  • Foto del escritor: Jc Martes
    Jc Martes
  • 17 jun
  • 7 Min. de lectura

JAMontes, por Don Emilio Pérez (Foto Venus)
JAMontes, por Don Emilio Pérez (Foto Venus)


Homenaje al Abuelo


Cien años de memoria y legado

Medalla de Civismo, Sonsón 1925



Sonsón, desde hacía rato, era la segunda ciudad, pero no solo del Departamento que hoy conocemos, sino de "Antioquia La Grande" un inmenso "globo de tierras" que iba hasta más allá de Restrepo (Valle), en las mismísimas goteras de Cali


Semejante riqueza, condimentada por la arriería y la industria y adobada por la bonanza cafetera (que desde 1920 pudo convertir a Colombia en el primer exportador mundial de café suave), daba hasta pa' tirar pa arriba e invertir en obras que le dieran esplendor a la ya entonces gran urbe, como el Cementerio Parroquial, la Cárcel y el Teatro municipales, la Gruta de Guayabal, la Central Hidroeléctrica, numerosos colegios y entidades oficiales, el hermoso templo del Carmen y la imponente y eterna Catedral de Granito, inaugurada desde 1915 y culminada hacia 1929


Herederos de los aguerridos colonizadores (quienes fundaron un salterio de casi 100 colonias hacia el sur, aferradas al mismo espinazo de la cordillera) a los sonsoneños parecia que nada les quedaba grande, gracias a su espiritu recio, a su ingenio y habilidad para los negocios, a su valía y fortaleza a toda prueba y, por supuesto, a su gran talento para el trabajo


Oficiales de construcción y albañiles, picapedreros, tapieros, carpinteros y ebanistas, empedradores, panaderos, tenderos, sastres, barberos y muchísimos más representantes de otras artes y oficios (en cantidades industriles) pedían a gritos una entidad que velara por sus desvalidos intereses



Una sociedad pionera

en el tejido social y artesanal colombiano


Nacida con el siglo XX, la benemérita y admirablemente longeva Sociedad de Artesanos de Sonsón (vigente desde 1903) fue mucho más que una agrupación gremial: un faro de esperanza, bienestar y progreso para cientos de trabajadores del arte manual en una época donde las estructuras formales para la protección de los oficios eran casi inexistentes. Su reconocimiento oficial marcó un hito histórico en Colombia al ser la primera organización sindical en obtener personería jurídica y abrió camino a la formalización de los gremios y organizaciones populares en el país, contribuyendo a reconocer y cimentar sus derechos


Este dato nos hace pensar cuál pudo ser el nivel de desarrollo del ente territorial, así como la capacidad gestora de su élite social y el apabullante peso de sus representantes en los círculos de poder a nivel nacional . Ahora bien, teniendo en cuenta las conocidas virtudes y capacidades del Abuelo, quien fungía como Secretario de la naciente y próspera entidad, es facil intuir su cuota de responsabilidad en tan admirables y prematuros logros, a pesar de que él mismo pretendiera negarlo, como veremos más adelante



El homenaje:

un acto de reconocimiento a la generosidad


El amado abuelo JAMontes se destacó, junto a otros visionarios sonsoneños, que soñaban a los artesanos locales perfeccionando sus técnicas, fortaleciendo su identidad colectiva, el patrimonio cultural y su influencia social, factores clave para que Sonsón se instituyera como reconocido crisol artesanal y fabril, amalgamando saberes y tradiciones, lo que hoy podría seguir inspirando generaciones


Pero su destacada participación en la fundación y fortalecimiento de la Sociedad de Artesanos fue solo otro de los aspectos destacados en la vida del abuelo Jesús . Sus luminosas virtudes personales lo llevaron a ser escribano del Alcalde local, a trazar el primer sistema de conducción de aguas desde la vereda San Francisco hacia el barrio Tapete, y a ejecutar obras públicas importantes,como parece que fue el cerramiento y ornato del Parque de Ruiz y Zapata (plaza principal), pues él también restauraba y construía casas, a demás de tener varios establecimientos abiertos al público: tienda y carnicería en el pueblo y fonda en los bajos de la casona del Río Arriba


Elogio del Doctor Bayer en la imposición de la medalla
Elogio del Doctor Bayer en la imposición de la medalla

MEDALLA DE CIVISMO

Dedicada al Sr. Jesús Montes, en la sesión solemne de la S. de Artesanos,

en el 31 de Mayo de 1925 por el Sr. Dr. Jorge Bäyer.



(Transcripción fiel, tomada del original, impreso en letras doradas,

en los talleres de la Sociedad de Artesanos)



Señores:


Voy hablaros en muy cortas palabras, - como que así lo desea vuestra FLOR,- de algo que os será muy útil tanto individual como colectivamente, de una vitud que ocupa el primer puesto entre las que un buen ciudadano debe practicar; que encierra en sí las virtudes cristianas, y que siendo de práctica sencilla, a todos conviene y a nadie perjudica. Esta virtud, señores, es el civismo.


Es útil al individuo, porque quien lo practica, mantiene siempre ese contento interior, que hace sentir la condena del trabajo como una verdadera bendición, trabaja con gusto, y la aurora de cada dia que despunta, es un dulce llamamiento al taller: una hada risueña que le recuerda que es ya hora empezar la lucha por el pan nuestro, de cada dia.


Es útil a los asociados, poque un tejido que se forma de células de buena naturaleza, será necesariamente un todo bueno y armonlco. Ocupa el primer lugar entre las virtudes que un buen cludadano debe practicar, porque sin el civismo la vida de sociedad seria un martirio, donde no habria derechos ni deberes, e imperaría el más fuerte y no la fortaleza del derecho.


Con el civismo se practica Ia caridad, en cuanto por él miramos a los demás como hermanos y le ayudamos fraternalmente al desvalido; el buen cludadano quiere para todos al bien y nunca el suyo propio.


Es de práctica sencilla, porque basta cumplir los más rudimentarios deberes para practicarlo; trabajar honradamente y propender con el trabajo al bien de la familia y de la sociedad, es cosa que a nadie se le dificulta.


En resumen: el civismo hace cumplir los deberes y hace valer los derechos de sí mismo, de la familia y de la sociedad. Se opone a él todo lo que degrada al individuo, lo que tiende a dañar el conglomerado social, o afecta adversamente a la familia, célula de que la sociedad se compone.


Al contrario, se practica con todo aquello que lo hace más digno ante una sociedad a que se pertenece; el individuo es en cierta manera de la sociedad, en cuanto en ella nace, ella lo educa y en ella se mantiene.


Y para terminar, me cabe el alto honor de colocar en el pecho honrado de vuestro compañero, señor Jesús Antonio Montes, la medalla de civismo de este año; que él reciba mis fervientes felicitaciones, y que su triunfo os sirva de estimulo, para animaros a ser cada dia más amantes de nuestra cara ciudad, de vuestra bien organizada Sociedad, y de vuestro taller, santuario del trabajo. Que el señor Montes y en él la Sooledad de Artesanos quiera ver en quien os habla un decidido servidor y amigo.



Contestación del señor Montes


Señor Bayer:


Las galanas frases que acabais de dirigirme en esta memorable ocasión, quedarán grabadas en mi mente con caracteres imborrables; y si mi insuficiencia me impide el contestarlas tal como ellas merecen, sabed al menos que ha sido el intento al haceros pública manifestación de mi imperecedera gratitud.


Compañeros: Fecha clásica es esta, dia señalado en el calendario de labor en que se reunen los hijos del taller para consolidar su confraternidad, a colocar unas piedra más en los soportes que han de servir de base al templo soñado por los que en buena hora han contribuldo al desarrollo moral y material de nuestra institución.


Conmovido me siento en estos solemnes momentos al dirigirme a vosotros en esta familiar reunión de los que vivimos en las diarias faenas del trabajo y libramos le batalla constante por conseguir el pan de cada dia.


Pero si grande y significativo es el acto que en estos momentos celebramos, grande y más es ml agradecimiento por el honor que me habeis hecho al obsequiarme la medalla cívica, que uno de nuestros más distinguidos compañeros ha ofrecido a la Sociedad para que ésta a su vez la deposite en aquei de sus miembros que a juicio de la misma se halla hecho acreedor a ella.


Si vosotros habéis querido encontrar en mi humilde persona uno de los que más de corazón os quiere y que está dispuesto a secundaros en todo lo que diga progreso para nuestra muy querida agrupación indudablemente no os habéis equivocado.


Pero si al contrario vuestra intención ha sido premiar el talento o los servicios prestados a la Sociedad, tengo que confesar que soy el menos merecedor a la distinción con que habeis querido honrarme, pues repasando mi actuación como miembro de la Junta gue ha regido vuestros destinos en los últimos tiempos, encuentro que cada uno de mis compañeros de labor, es más acreedor que yo al premio con que habéis querido recompensarme servicios tal vez Imaginarios; pues si la Sociedad ha marchado con rumbo cierto hacia la meta de sus aspiraciones y hoy goza de señalado puesto entre sus similares, al Señor Presidente y a ellos se debe el prestigio de que goza, cabiéndome si la satisfacción de contarme entre el numero de sus admiradores.


La intransigencia, desunión y aislamiento que sólo redundan en funestas consecuencias, se han dejado atrás para con uniformidad y entusiasmo batallar todos y cada uno de sus miembros por la consolidación y firmeza de nuestra organización y para que en un futuro no lejano se vean colmadas nuestras aspiraciones es preciso que halla constancia, unión, tenacidad y empeño.


Compañeros: con eslabones de verdadera confraternidad formemos la cadena que ha de ligarnos en verdadera unión, y así unidos marchemos a la conquista de nuestros ideales.


Termino haciendo mis más fervientes votos porque Ia unión sea el excelso faro que gule nuestros destinos a un próspero y opulento porvenir.




"LA FLOR DEL TRABAJO y las Abejas de labor", saludan al Sr. Dn. Jesús A.Montes, lo felicitan efusivamente por haber sido acreedor a la medalla de civismo, y le ofrecen ese ramo de flores como testimonio de admiración y cariño. Sonsón, Mayo - 1925





Aguadas, 30 de mayo de 1925

Jesús Ato. Montes, Sonsón. Felicitolo merecido honor disciérnele democracia; Yérgase, amigo, Abrázole! BENJAMIN


¨[ IMP. SOCIEDAD DE ARTESANOS ]




Abajo, en el local del centro, funcionó la fonda. Finquita en el Rio Arriba
Abajo, en el local del centro, funcionó la fonda. Finquita en el Rio Arriba


Una herencia viva, que se renueva


Hoy recordamos al Abuelo Jesús Antonio Montes y a la Abuela María Ramírez,

compañera de viaje, con quien construyó una impronta, una forma muy particular de ser, proyectada hasta nosotros a través de sus hijos

Jesús Antonio y Laura

Eduardo y Josefina

Alonso y Alicia

Humberto y Martha

José Mario e Irma

Jairo y Chelito...



¿qué tal si ha llegado el momento de compartir más recuerdos?

 
 
 

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